9 de agosto de 2010

Nota Puroshow

AYER EN EL MULTITEATRO
PREMIOS ACE: SE ENTREGARON LOS DIPLOMAS A LOS NOMINADOS


Ayer se entregaron los diplomas a los nominados a los Premios ACE por la temporada 2009/2010. El evento organizado por la Asociación de Críticos de la Argentina premia año tras año la labor de los artistas sobre el escenario de las diferentes salas teatrales.
Vayan a este link:
http://puroshow.com/?se=54&id=24158

8 de agosto de 2010

Diplomas Premios A.C.E. 2009-2010


El martes 3 de agosto en el Multiteatro se entregaron los diplomas a los nominados para los Premios A.C.E. 2009-2010.
Aquí estamos, felices...

Acreedores Strindberg "Untitled Dark"

2 de agosto de 2010

PREMIOS A.C.E. 2009-2010


La Asociación de Cronistas del Espectáculo distinguió a Acreedores con 2 nominaciones:


  • Mejor Espectáculo de Teatro Alternativo

  • Revelación Masculina: Marcelo Velázquez por la dirección de Acreedores

¡Muchas gracias! ¡Estamos muy contentos!

Deuda, culpa, expiación


Acreedores, la obra del gran dramaturgo August Strindberg en el Teatro DelBorde

Acreedores atraviesa con un lenguaje refinado y sumamente bello un amplio espectro de cuestiones que tocan en lo profundo la existencia humana. Las relaciones interpersonales, la búsqueda de reconocimiento que las sostiene y da vida; el amor, el amado, el amante.
Acreedores habla de deudas, de intensos reclamos que imbricados unos en otros terminan por tejer una retícula que involucra al cuerpo en lo que tiene de cuerpo, en lo que tiene de espíritu.
La tensión crece constantemente sobre una obra que se monta en el discurso, con acciones mínimas, diálogos intensos y una puesta en escena que propone recuperar un teatro perdido.
Con un excelente trabajo de Patricia Sapkus y Yamila Volnovich como dramaturgistas y bajo la dirección de Marcelo Velázquez, la puesta propone un acercamiento contemporáneo a la obra del gran escritor y dramaturgo sueco August Strindberg.
Los actores se lucen en la composición de un escenario finisecular que refleja, no obstante, la ridiculez del tiempo. Una obra que no tiene época ni reconoce espacios, quizá porque ella misma sea todas las historias, todos los lugares.

Cintia Mariscal para FM Boedo

8 de julio de 2010

Crítica Revista Noticias

Un terceto actoral admirable
A fuerza de talento. Vicisitudes matrimoniales en el registro exacto.

Por Jorge Luis Montiel
Considerada una de las obras maestras del dramaturgo sueco August Strindberg (1849-1912), la trama de Acreedores mantiene su vigencia. El ajuste de cuentas entre una exitosa escritora, que anula la capacidad creativa de su actual y débil marido, un pintor angustiado y al borde de la destrucción mental, y su ex-esposo, despechado y ahora convertido en sibilino consejero del primero, provoca la destrucción del matrimonio al instalar la duda sobre el sentido de ese vínculo.

La eficaz puesta impone una necesaria lectura contemporánea, a través de imágenes proyectadas que ofrecen otros ángulos visuales de las situaciones que se generan en escena. Pero donde se hace fuerte es en las actuaciones: no alcanzan los adjetivos para describir la excelencia, el compromiso y los infinitos matices y recursos.

26 de mayo de 2010

Posted by Picasa

Crítica Radio Nacional y AM 1710

Fui a ver Acreedores de August Strindberg, una obra que fue escrita casi a finales del siglo XIX pero que tiene algunos puntos de conflicto todavía vigentes en este siglo XXI como la casi eterna mezcla de los intereses con el amor y la aguda herida que produce la infidelidad. Strindberg usó diálogos densos, muchas palabras para una obra acorde para la época teatral en la que la escribió. Pero el tiempo pasó, ahora y en Buenos Aires se hace otro estilo de teatro y así fue cómo para esta versión de Acreedores Marcelo Velázquez, sin modificar ni desnaturalizar al autor, logró crear una puesta diferente. Más allá de un narrador en la voz de José María Muscari, el director incorporó elementos técnicos como un audiovisual que representa lo que, entre comillas, el espectador no ve. Aunque en esta puesta lógicamente lo ve desde una pantalla de fondo. Dos hombres y una mujer deben dirimir su futuro. El ámbito es pequeño. Los movimientos acotados. Los personajes se hacen mutuos reclamos. La tensión se acrecienta e inquieta al espectador.La estética es muy bella, mezcla del pasado con el presente y hasta casi con el futuro porque se ve en escena un sillón antiguo rodeado de fríos y lisos paneles con una pantalla, y los actores lucen vestimenta del siglo XIX que los condiciona a moverse de determinada manera, una mezcla que resulta atractiva, aunque habrá quien reclame si incluir elementos electrónicos no transforma a una obra de teatro en una expresión multimedia. De todas maneras, el hecho teatral se logró. Acreedores de Strindberg en versión de Rodolfo Roca y Marcelo Velázquez con dirección de este último y con un homogéneo trabajo actoral de Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile y Daniel Goglino, se ofrece en el teatro DelBorde, en la calle Chile 630, todos los sábados a las 21.30.

Carlos Herrera
Columnista Radio Nacional y AM 1710
Coordinador Editorial NivelArte

16 de mayo de 2010

Crítica Ruleta China


Los simuladores

por Lía Noguera
www.ruletachina.com

Una voz, la de José María Muscari, que en tono paródico, en tono casi burlesco, nos anticipa la fábula de Acreedores -escrita en 1888 por August Strindberg- mientras contemplamos la sala de un living vacío en el cual, a modo de cuadrilátero de box, se desencadenarán las distintas situaciones que se desarrollarán en escena. Un matrimonio y un tercero en discordia, el ex esposo de Tekla (Mercedes Fraile), Gustavo (Daniel Goglino), y actual amigo de Adolfo (Marcelo Bucossi) articularán los distintos tópicos que recorre el texto: los celos, el deseo, la pasión, la venganza, la muerte. Todos ellos a través de la mirada renovadora que imprime la dirección de Marcelo Velázquez, que respetó el texto dramático pero propuso una actualización en torno a la espacialización, aspecto ya evidenciado con mucho acierto en su anterior obra, Criminal de Javier Daulte, que también se representó durante la temporada de 2009.
Una vez más, este director apuesta (y gana con ello) por resignificar el espacio en donde suceden las acciones; un espacio que si bien de manera despojada representa la sociedad burguesa de fines de siglo XIX, se actualiza y se vuelve diferente con el uso de una pantalla, permitiendo así propiciar un universo de sentido más ligado a la interioridad de los representantes de este drama. Porque a modo de espejo cuasi deformante por la dilación que muchas veces presentan las imágenes proyectadas, este recurso ofrece al espectador una constante resignificación de aquello que se ve en la escena y aquello que se muestra en la pantalla, como así también intensifica, reduplica, el sentido intimista del texto dramático. Asimismo, en esa tensión entre imagen en vivo e imagen filmada, se propone representar lo representado, volver sobre el simulacro, pero no sólo como una reflexión metateatral sino también como una clara referencia al mundo diegético de la obra de Strindberg: la simulación de las acciones que rigen los lazos de estos personajes burgueses y su posterior caída de la máscara. De esa manera, este espacio -que se vuelve lúdico- se constituye en la herramienta central que le permite a Velázquez, y que es acompañado de muy buenos trabajos actorales, sobre todo el que concierne a Mercedes Fraile, entregar a los espectadores de este siglo XXI nuevas y renovadas miradas sobre el pasado teatral universal; pero también, ¿y por qué no? una reflexión sobre la teatralidad…

Crítica Revista Siamesa

por Nicolás Pose
¿Quién le debe a quién? ¿Y a qué clase de deuda se refiere el título? Claro, lo más simple sería pensar en el dinero. Pero existen muchas otras deudas pendientes en la vida. Strindberg con esta obra nos da entender eso con aquel diálogo afilado entre el pintor y su amigo casual, un profesor de letras, durante una estadía en un aristocrático balneario. El pintor está descansando, alejado de sus actividades artísticas, y además, está bloqueado, no puede crear. Uno de sus problemas es su mujer, y todo siempre parece terminar girando en torno a ella. Una escritora de medio pelo, pero con una actitud sumamente provocadora, inteligente, y sobre todo, con ciertas habilidades para saber cómo manejar a su marido. Su amigo le advierte: “tu mujer creció gracias a vos, y te sacó toda la energía”. Unos crecen gracias a otros, y te terminan convirtiendo en un fantasma.

Otra vez, ¿cuál es el objeto de la deuda? A medida que el diálogo entre los dos hombres crece, el amor cobra su protagonismo, ya que el pintor no se siente amado, siente que ha perdido todo con su mujer, porque ella ha ganado esa partida y se ha beneficiado con el matrimonio, mientras él siente que se ha debilitado. Su mujer ha construido su identidad a través del vaciamiento del otro. El marido finalmente va a hablar con su mujer, y además va a usar al matrimonio como mecanismo institucional para ajustar cuentas en el amor. Cada uno de los tres personajes dispone sus máscaras a su tiempo, oportunamente, es así cómo su amigo desaparece cuando el pintor dialoga con su mujer, luego de haberlo aconsejado. Escucha el diálogo a través de la habitación contigua. De a poco, vamos descubriendo el triángulo del resentimiento, el egoísmo, la venganza a la que llevan los miedos, y la muerte que ronda siempre por ahí.

Con un final sorprendente, Acreedores habla sobre las pasiones, sobre el amor, sobre el matrimonio, para terminar resumiendo todo dentro de la familia como una institución que ya se prefiguraba en caída libre. Así, el genio de Strindberg se adelantaba a nuestro tiempo con esta conmovedora obra escrita en 1888. Así lo entiende Marcelo Velázquez, viendo la potencia que aún hoy tiene esta pieza, representándola con una puesta vanguardista, donde el espectador puede ver simultáneamente en una pantalla momentos que difieren de la actuación, creando un efecto de multiplicación dentro de la acción.

3 de mayo de 2010

ACREEDORES/STRINDBERG

TEMPORADA 2010

¿Puede la venganza conducir a la justicia?
Una guerra de cerebros y un crimen psíquico.
La lucha de los sexos en una sociedad en constante cambio.
La crisis de la institución matrimonial.
La traición y el miedo a la infidelidad.
La economía que atraviesa los vínculos y la vida privada.

Con: Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile y Daniel Goglino
Dirección: Marcelo Velázquez

Escenas de la vida conyugal

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por Gastón Olivera


El cobro de una deuda parece el motor que impulsa a los personajes. Una propuesta que busca romper con el canon del realismo tradicional que caracterizó, en su primera etapa, a August Strindberg. Una puesta minimalista con muy buenas actuaciones.

El texto de Strindberg, adaptado para la escena por Rodolfo Roca y Marcelo Velázquez se mantiene fiel al original. Lo interesante está en la forma que utilizó Marcelo Velázquez desde la dirección y en la puesta en escena. Obviamente que el modo escénico de Acreedores hoy no es el mismo que a fines del siglo XIX.
Más allá de la fidelidad, la puesta propone una relectura con elementos que rompen con tanta discursividad naturalista. Antes de comenzar la función, la voz de José María Muscari relata el deseo del director y cuenta sobre lo que estamos a punto de ver, utilizando textos de Pier Paolo Pasolini en su obra Calderón. Continuando con la idea de poner en duda la representación burguesa del teatro, se utilizan recursos multimedia. Proyectado sobre uno de los paneles blancos que funcionan a modo de pared, aparecen algunos tramos de las escenas o momentos de intimidad de los personajes. Estos tienen cierto desfasaje entre las acciones reales y las que aparecen en la pantalla. Lo que propone que cada espectador llene con su interpretación esa diferencia.
El trabajo del elenco es muy bueno, sostienen con solvencia un texto extenso, lleno de palabras y con muy pocas acciones.
Tanto Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile y Daniel Goglino encontraron pequeñas sutilezas a sus personajes para enriquecer sus labores.
Una obra que más allá de la anécdota plantea una profunda reflexión sobre el arte.

Crítica Artexpresión

por Susana Weingast

En DelBorde Espacio Teatral, en el barrio de San Telmo de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, se representa la obra Acreedores, con la dirección de Marcelo Velázquez.
August Strindberg, dramaturgo sueco, en 1888 escribió “Acreedores”, drama cargado de ironías sobre el matrimonio, los sentimientos, la traición y el miedo a la infidelidad y a la puja de ideas y lucha de pensamientos que marcan a fuego la historia.
En esta presentación el guión fue adaptado a una escena moderna bajo la dirección de Marcelo Velázquez, que lleva adelante una obra con exquisitos textos y actuaciones.
Tekla y Adolfo viven una crisis matrimonial invadida por celos, conformismo y la desesperación de reconocerse vacíos porque cada uno depositó su vida en el otro. El es un hombre inseguro; ella es seria y calculadora, maneja las situaciones tensas como más le gusta y disfruta de ver al hombre correr y llorar desconsolado sobre su falda.
El tercer personaje es Gustavo, el de la discordia: seguro y manipulador, dice las verdades más crudas con una sonrisa irónica; verborrágico y amante de los buenos modales, le da consejos a Adolfo, lo aprueba y lo desafía.
Las muy buenas interpretaciones de Mercedes Fraile (Tekla), Marcelo Bucossi (Adolfo) y Daniel Goglino (Gustavo) “juegan” entre astucias, cinismo, desconfianzas y mentiras, y se potencian con sus reacciones llegando a la crueldad.
La versión escénica es de Rodolfo Roca y Marcelo Velázquez, el diseño de iluminación de Eli Sirlin, el diseño y realización de escenografía de Fernando Leiva y el locutor: José María Muscari.
La escenografía es simple: un sillón y unos cortinados como fondo, complementada por una pantalla de multimedia que ayuda al espectador a ver la bidimensión en la acción mostrando distintas acciones de la misma sala o de la habitación vecina.
El diseño de vestuario es de Carla Desiderio; la realización del vestuario de Tekla de Alicia Soave y Ana María Della Vecchia y la realización del sombrero de Tekla de Alfredo Miranda.
Dramaturgistas (Yamila Volnovich - Patricia Sapkus). Música original y efectos sonoros (Diego Centurión). Diseño y realización audiovisual (Fernanda Balcells), Coordinación de producción (Esteban Costa). Asistente de dirección (Cintia Igolnikof).
Este espectáculo cuenta con el auspicio cultural de la Embajada de Suecia en Argentina y además cuenta con el apoyo de: Proteatro, Fondo Nacional de las Artes, Instituto Nacional de Teatro.
El acreedor, a través de la venganza, logra saldar deudas, en una guerra verbal y psicológica que muestra las miserias del ser humano. La lucha entre sexos conduce la acción a un desenlace inimaginable.

11 de marzo de 2010

Crítica ABCultural

El cobro de una deuda a través de la venganza
por Laura Gilardenghi

August Strindberg era un dramaturgo sueco que en 1888 escribió “Acreedores”, un drama cargado de ironías, críticas hacia la institución del matrimonio y la puja de ideas y lucha de pensamientos que marcan a fuego la historia, adaptada actualmente a los escenarios porteños de la mano de la dirección de Marcelo Velázquez, que lleva adelante una obra de exquisitos textos y actuaciones.
La voz en off del actor y director José María Muscari introduce al espectador y analiza la relación del hombre de teatro con su texto, con su forma de expresar lo que ya está escrito, recalcando que esta obra utiliza recursos del viejo teatro con condimentos de lo nuevo, lo cual se puede apreciar en la pantalla que sirve como aliada de algunas escenas que vale la pena revivir o anticipar. Lentamente se apagan las luces y la voz del locutor. Comienza la función.
Tekla y Adolfo viven una crisis matrimonial invadida por celos, conformismo y la desesperación de reconocerse vacío porque se depositó la vida en el otro, descuidando la propia. Él está enamorado de su esposa, pero sus deseos de libertad son tan altos que es capaz de enfrentarla y gritarle en la cara que antes de conocerlo no hubiera sido la escritora que es hoy. La mujer es seria, calculadora y difícil de sonrojar, maneja las situaciones tensas como más le gusta y disfruta de ver al hombre correr y llorar desconsolado sobre su falda.
Gustavo es amigo de Adolfo y nexo indispensable en la historia, un hombre seguro y manipulador que apuntala las verdades más crudas con una sonrisa. Verborrágico y amante de los buenos modales, le da consejos y valor a su compañero y lo incita a no sentirse en inferioridad con respecto a su mujer, lo prueba, desafía y premedita sus palabras y movimientos.
Las apariencias y las traiciones hilan la trama, que en un momento cambia su rumbo invirtiendo el rol del que vino a cobrar lo que le debían, a recuperar el honor que alguna vez le quitaron. Ya están a mano, jaque mate dijo el acreedor, que a través de la venganza logra hacer justicia y saldar las deudas, como en una especie de guerra verbal y psicológica que reluce las miserias del ser humano.
Ciento veintiún años nos separan del texto de Strindberg, pero sus ideas siguen vigentes de tal forma que pueden ser tomadas en 2009 y entenderse con gran claridad, porque se identifican con una parte de la sociedad que critica y analiza al ser humano, sus formas de expresión y sentimientos.

Dijo Moira Soto - Radio Ciudad

Verdaderamente es una obra impresionante, como tantas piezas maestras de este genial autor, un poco misántropo y también misógino. Misántropo, en general, con la especie humana y misógino porque en particular solía ensañarse con las mujeres y mirarlas de manera muy crítica.
Esta obra ha merecido una puesta de Marcelo Velázquez verdaderamente extraordinaria por la manera en que hace aflorar y le saca lustre a un texto que es puramente verbal.
El marido de la protagonista, Tekla, se encuentra con el ex marido de su mujer, sin saber que es el ex marido. El primer diálogo es entre Adolfo, el marido actual, y Gustavo, el primer marido. El marido actual no sabe que Gustavo es el primer marido y el diálogo que sostienen sobre Tekla no sólo alude a la personalidad de ella sino también a una novela que ella escribió sobre su primer marido donde lo defenestra. Todo en un juego verbal y mental. En una segunda parte se prosigue con el encuentro de Tekla con su ex marido. Sigue ese combate, esa pelea de los sexos por el poder, los celos. Este encuentro lo está escuchando el marido actual que a su manera ama a Tekla. De modo que el final no es precisamente feliz. Lo extraordinario es que esta especie de duelo cerebral, mental, de duelo de inteligencias y desinteligencias, ha sido tratado de una manera tal que es casi una especie de thriller psicológico donde realmente tanto la actuación de Marcelo Bucossi, Mercedes Fraile y Daniel Goglino, empapados, atravesados realmente por el texto, y que han internalizado muy profundamente sus personajes con toda su complejidad, sus contradicciones y sus miserias, va aflorando fluidamente. Además, está presente todo el suspenso acerca de lo que el espectador sabe y el marido actual no sabe.
Para hacer más interesante esta cuestión, hay un prólogo que toma y adapta una introducción de Pier Paolo Pasolini en su obra Calderón, donde se escucha la voz de José María Muscari que es muy conocida por el público, anunciando cuáles son los deseos del director, de alguna manera poniendo en evidencia la obra, diciendo que se va a usar una escenografía tradicional, que la obra es de fines del siglo XIX. En fin, una manera de poner una distancia con el espectador y tenerlos sobre aviso. Además, que la escenografia es la escenografia del teatro viejo, que es un rito social, que todo ha sido elaborado, preparado, puesto a punto, hablando de alguna manera de los ensayos, que todo lo que se va a ver es una representación. Lo cual no quita que en el transcurso de la representación el público pueda entrar absolutamente en esta obra y seguirla reteniendo el aliento en muchos pasajes. Todo esto con una economía de recursos, en una sala pequeña como es la del teatro DelBorde y con una participación, por la cercanía y por los datos que tiene el espectador, que vuelve más intenso este acercamiento, donde se cuestiona -a fines del siglo XIX- el matrimonio tradicional, el papel de la mujer, el papel del varón, la vampirización que existe en el matrimonio, qué pasa cuando la pareja se torna simbiótica, el tema de los celos… En fin, todo esto a través de este ajuste de cuentas que no decae un segundo.